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Gracias por leer mis relatos cortos. Magia, aventuras, fantasía... ingredientes que forman parte de estos relatos que han surgido de mi imaginación. Aventuras épicas en un mundo fantástico habitado por diferentes razas y numerosas criaturas. Todos estos relatos están relacionados, más o menos, con un libro que estoy escribiendo.

miércoles, 20 de abril de 2011

UN ESPÍRITU DE METAL

PARTE DOS


                Unas pocas yaktas más allá, había un vagabundo que saciaba su sed de agua fresca en una fuente a pie del camino. Llevaba una capa muy desgastada y sucia, haciendo imposible adivinar de qué color era originalmente, una capucha de conjunto para ocultar su rostro y un fardo bastante alargado y voluminoso. Utilizando las manos, bebía sin prisas aquella agua clara. De pronto se puso cerca de él, en una rama de un pequeño arbusto que había nacido justo al lado de la fuente, un pajarito. El vagabundo separó la cabeza de las manos llenas de agua y se volvió pausadamente para poder observar el pajarito.
                 -¿Hola "gorrión", que te has perdido? - Preguntó al ave con voz baja y una ligera sonrisa en el rostro.
                 A sus orejas llegó el murmullo de la multitud que se acercaba dónde estaba. Puso serio su rostro y se volvió para colocarse delante de la gente y pedir limosna con mucha humildad.
                 -Por la misericordia de los dioses, dadme algo para calmar mi estómago... -Pedía a la gente que, de manera violenta, le apartaban de su camino para poder continuar.
                -Por favor, vos que sois un hombre de bien, seguro que tenéis algo para este humilde mendigo.-Dijo a un hombre con una barba muy poblada y una barriga sobrada mientras se ponía delante para no dejar pasar. Este, molesto por su presencia, se puso la mano en el bolsillo, sacó una bolsita de piel y cogió una moneda.
                -¡Ten este àkok de oro y sal del medio! - Le dijo mientras la tiraba al suelo con desprecio. -¡Y no te quiero volver a ver más!
                El vagabundo se agachó poco a poco para coger el àkok, se puso de pie y se miró la multitud que seguía su camino a las periferias del pueblo, haciendo pasar la moneda entre los dedos de una mano. Después miró detenidamente la figura grabada de un onyrouky a una de las caras del àkok: "una moneda muy noble para un campesino..." pensó.
                 -Creo que nos veremos más pronto de lo que crees, pardillo.- Susurró mientras se guardaba la moneda. Se envolvió con la capa y continuó su camino en dirección a la plaza del pueblo.